Puede que hoy hayas empezado las clases después de seis meses sin pisar el centro, o puede que tu curso lo tenga programado para mañana o pasado. Sea cual sea el día que empiezas, una cosa es universal, todos tenemos esa incertidumbre de qué pasará.
Los profesores, equipos docentes y servicios de limpieza llevan días preparando los centros para que todos estemos lo más seguros posibles. Son muchas las nuevas medidas que se han adoptado, desde habilitar cualquier espacio como aula y colocar dispensadores de geles, hasta separar los patios por niveles. Una lista interminable de medidas, que no hace falta que te diga, porque tus tutores se encargarán el primer día de explicártelas.
PRIMER DÍA DE CLASE
Acaba de sonar el despertador, te levantas y coges todo lo necesario para empezar el curso, sin olvidarte de la mascarilla, ese complemento al que ya nos hemos acostumbrado. Llegas al centro, que está marcado con flechas de entradas y salidas, indicando por el lado que debes caminar. Además, por el trayecto te encuentras con dispensadores de gel repartidos para que te laves las manos.
Después de seguir las flechas, te encuentras con el que va a ser tu tutor o tutora este año, que te indica la clase a la que debes entrar. El aula está dividida en varias filas de una sola mesa, con la suficiente distancia para no poder pasarte notitas con tu compañero/a o interrumpir la clase con charlas susurrantes. Por fin te sientas en la que va a ser tu mesa durante todo el curso, y piensas: ¡que suerte! al menos no estoy en la ventana, porque tienen que estar abiertas hasta en invierno y soy bastante delicado/a a las corrientes.
Todo te ha parecido tan extraño: cruzarte con compañeros que no veías desde hacía medio año y no poder abrazarles, chillando de alegría; no chocarle los cinco al profe enrollado de mates; ni ver al chico/a que te gusta porque es de otro curso.
CONVERTIR EL "PROBLEMA" EN ALGO POSITIVO
Sé que son demasiadas cosas diferentes, por no decir casi todo, pero y si intentamos sacarle el lado positivo a esta nueva situación.
No pasa nada por no poder sentarte con tu compañero/a o no poder juntarte en el patio con tus amigos de otros cursos. Puedes aprovechar para hacer nuevos amigos de tu clase o curso, porque vais a pasar muchas horas juntos. Seguro que hay personas que merecen la pena, te sorprendería.
Estar solo en la mesa puede parecerte aburrido sin poder hablar con el de al lado, pero piensa que este año podrías subir tus notas, al no distraerte tanto. Si eres de los que ya sacaban buenas notas, mejorarlas aún más, y si suspendías o lo sacabas raspado, demuestra que tú puedes, que si antes no sacabas tanto era por distracción y no por falta de capacidades.
Intenta ir al instituto a aprender y divertirte todo lo que puedas, manteniendo la distancia y siguiendo las medidas, pero no olvides que estás ahí para aprender.
Sé que este curso va a ser muy diferente y extraño, pero en algún momento pasará y recordarás esta experiencia de por vida. Y espero que sea de forma positiva.