Decálogo de consejos para el estudio en el nuevo cuatrimestre universitario

Se cierra el primer cuatrimestre de la universidad y comienza el segundo. Los días de estudio intenso se quedan atrás y volvemos a la calma. Aparentemente, queda mucho antes de tener que ponerse manos a la obra de nuevo... pero en el fondo todos sabemos que dejar las cosas para el último momento no es la mejor estrategia.

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He pensado dedicar la entrada de hoy a exponer mi fórmula de estudio (plot twist: ¡las buenas notas no caen del cielo!) porque creo que a partir de esas pautas y buscando estrategias propias se puede conseguir un estudio más eficiente (mejores resultados con menor esfuerzo).

Bueno, pues a partir de mi experiencia estudiantil y de la de las personas que me han rodeado durante mi vida de estudiante, se me ha ocurrido el siguiente decálogo:

1. Asiste a clase

Más que imprescindible para poner en práctica el resto de consejos. Sobre todo al estar en la universidad, donde se hace la vista gorda con más facilidad respecto a la asistencia, es verdad que faltar a clase es bastante tentador.

Pero si asistes a clase puedes tener tus propios apuntes, estar enterado de exámenes y entregas de primera mano y, muy importante, conocer el criterio del profesor (¿qué le parece importante?, ¿de qué forma evalúa?).

Si atiendes en clase, tienes la mitad del trabajo hecho. El solo hecho de tomar apuntes ya es el primer paso para retener la información en tu memoria. Además, la asistencia y la participación suelen ser valoradas positivamente a la hora de calificar a los alumnos (nunca sabes cuándo te van a convenir unas décimas de más en la nota final, eso que te llevas).

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2. Lleva las cosas al día

Este es el mantra que probablemente te lleven repitiendo desde que pisaste quinto de primaria. Quizá también sea ese propósito que te has puesto a ti mismo todos los meses de septiembre de tu vida y que al final nunca has cumplido.

Pues resulta que sí, que efectivamente la constancia es el pilar fundamental para llevar una trayectoria académica consistente. Si pasas largas pausas de estudio y luego te pegas estresantes atracones, ¿crees que el estudio será realmente eficiente y eficaz?

Manteniendo una cierta constancia el trabajo no se acumula (o se acumula menos), lo cual te ahorra mucho estrés frente a la fecha límite. Al igual que ir una semana al gimnasio a matarte a abdominales una vez cada tres meses no va a darte un cuerpo tonificado, el aprendizaje también requiere una cierta constancia. Las pequeñas acciones rutinarias crean cimientos más sólidos, reducen los agobios y dan margen de cara a posibles imprevistos.

3. Encuentra tus espacios y tiempos

No todos nos sentimos cómodos en los mismos espacios ni nos concentramos a las mismas horas del día. Hay quien estudia mejor de noche y quien prefiere madrugar o estudiar por la tarde. Descubre en qué momento del día te concentras mejor y procura estudiar en en esas horas.

También es importante comprender qué espacio favorece más tu concentración (¿la biblioteca, tu habitación, la mesa del salón...?), si necesitas silencio o por el contrario la música te permite centrarte más, si hay algo que te distrae (identifícalo y busca la manera de evitarlo), etc. Es importante tener un ambiente de estudio adecuado para ti.

4. Sé honesto contigo mismo

Este punto es muy importante.

  • Si no te estás concentrando, déjalo y ponte a otra cosa, es mejor que tirarte dos horas delante del libro sin obtener resultados.
  • Si estás demasiado cansado como para estudiar, también es mejor que lo dejes y descanses.
  • Si cada dos por tres estás mirando al móvil (a ver si hay notificaciones, a ver qué pasa por Twitter, a compartir memes sobre el agobio de los exámenes, a subir una instastory sobre el agobio de los exámenes también...) una de dos: o dejas el móvil (ponlo en modo avión, sácalo de la habitación, etc.) o deja de estudiar.
  • Si estudiar en compañía no te funciona, no lo hagas.
  • Si al estudiar solo en tu casa no consigues «disciplinarte», oblígate a ir a la biblioteca o queda con compañeros.

No pierdas el tiempo: si te vas a poner a estudiar, ponte a estudiar. ¿Para qué estar dos horas delante de los apuntes si no estás concentrado sobre ellos? El estudio no va a ser eficaz y va a ser una pérdida de tiempo.

honesto contigo mismo y reconoce cuándo tu cuerpo/mente no está dispuesto a estudiar. Claro, no estudiar cuando no estás receptivo requiere necesariamente que seas honesto contigo mismo también en la situación contraria.

Si ves que es un buen momento para estudiar, evita procrastinar (aleja de ti los estímulos que te distraen) y ponte manos a la obra, aprovechando los momentos en los que te sientas con energía y productivo. Estudiarás con menos negatividad, aprovecharás mejor el tiempo y podrás permitirte no estudiar si has tenido un mal día y es lo último que te pide el cuerpo.

5. Prioriza

¿Qué es lo que quieres: aprobar o sacar nota? ¿Qué es realmente importante para ti? ¿Por qué motivo estás haciendo lo que haces? A primera vista a lo mejor parecen preguntas obvias, pero es importante tener más o menos claras las respuestas para poder ser honesto contigo mismo (punto 4) y planificar tu tiempo (punto 6).

Priorizar también supone hacerte preguntas sobre a qué estás dedicando tu tiempo: ¿Las cosas en las que inviertes tu tiempo se corresponden con las cosas que te importan? A lo mejor, si te fijas, descubres que estás pasando demasiado tiempo en las redes sociales (¿compensa con los beneficios que puedan darte las redes?) o demasiado poco en aficiones.

¿Por qué estás estudiando lo que estudias? Reflexionar sobre eso puede ayudarte a replantear la manera en la que estudias y encontrar el hábito que realmente se adapta a tus objetivos.

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6. Planifica

Lleva una agenda o calendario (y úsalos, claro). Si te organizas, te da tiempo a dormir, estudiar (con buenos resultados) y tener ocio y vida social. Con la experiencia se vuelve más fácil deducir cuánto tiempo necesitas dedicar a cada cosa.

Si te organizas con un cierto adelanto, evitas que los imprevistos te saboteen el estudio y puedes administrar el tiempo para dedicarlo a todo lo que necesites. Parte de tus reflexiones sobre las prioridades y de la honestidad contigo mismo a la hora de organizarte (de lo contrario, tus planes pueden no ser suficientemente realistas y por tanto no muy útiles).

7. No te desesperes al principio

Sé que decir «No te desesperes» cuando estás desesperado no sirve de mucho... pero esto es lo que quiero decir: cuando estás en la base de la montaña, mirar hacia arriba da vértigo y es muy fácil que nos asalten pensamientos negativos (esto es mucho, es muy difícil, yo no puedo...).

La sensación de vértigo disminuye si en vez de mirar hacia arriba miras hacia el suelo y te centras en cada paso; antes de que te des cuenta llegas al final. Con todo buen propósito ocurre igual, hay que ponerse pequeños objetivos cercanos y superarlos poco a poco.

Enfoca el estudio o la elaboración de los trabajos igual; cuando te sientas desbordado al mirar cuánto te queda por hacer, intenta centrarte en lo que estás haciendo en ese momento, en el presente. Perderás menos tiempo y no te dejarás arrastrar por la negatividad.

8. Basa el estudio en casa en el procesamiento textual de la información

En vez de intentar digerirla tal cual está escrita en los apuntes en un ejercicio de memorización pura. Estudiar memorizando a lo papagallo puede ser útil en una situación desesperada o si tu intención es alcanzar un mero aprobado. Pero si tu intención es aprender o bien obtener buenos resultados sostenidos en el tiempo, quizá esa no sea la mejor estrategia de estudio.

Una forma de estudiar de forma activa y productiva es reelaborar la información. En vez de leer y releer los apuntes es muy útil trabajar sobre el papel y reelaborarlos una o dos veces: pasarlos a limpio, subrayar los conceptos clave (usar distintos colores puede facilitar la memoria visual), hacer esquemas, fichas o resúmenes, hacer un índice de contenidos, recitar en voz alta...

Cada vez que procesas el texto siguiendo un criterio distinto, tu mente está reteniendo información desde distintos ángulos y es más fácil que el estudio eficiente, puesto que al estar escribiendo o hablando (en vez de simplemente leyendo), se trata de un ejercicio activo que permite una mayor concentración.

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9. Encuentra una estrategia de repaso eficaz

Solo, con compañeros, recitando y escuchando, haciéndote «auto-exámenes»... Una vez que has hecho un trabajo más o menos regular de estudio, repasar es esencial de cara al día o días previos del examen. Cada uno tiene su forma de repasar.

10. No te rindas si no sale a la primera

No es fácil crear un hábito (o, podríamos decir, una disciplina), así que no te castigues si las cosas no salen como habrías deseado. Es cuestión de práctica (a veces también cuenta un poquito la suerte).

Pon en práctica de nuevo el punto 4, sé sincero contigo mismo y pregúntate qué ha salido mal: ¿Hiciste todo lo que podías? ¿Te pusiste objetivos realistas? ¿No encontraste la fórmula de estudio adecuada? ¿Algo se interpuso entre tu objetivo y tú? A la próxima tendrás una nueva ocasión para volver a intentarlo.

¿Qué se consigue siguiendo este decálogo de estudio?

  • Menos estrés, agobios o ansiedad de último momento
  • Más seguridad en ti mismo a la hora de presentarte al examen
  • Mayor consolidación de los conocimientos (mayor memoria a largo plazo)
  • Mejores resultados académicos
  • Depender menos de las fechas límite (que el periodo de exámenes no limite otros de tus planes)

Por supuesto, si no se tiene el hábito de estudio no es fácil construirlo. El mensaje que quiero transmitir no es que sea fácil (aunque, en mi opinión, a la larga seguir un ritmo regular de estudio hace el estudio más sencillo), sino que se puede, con una cierta dosis de voluntad.

Probablemente no habéis leído en esta entrada nada que no hubierais oído ya, pero al menos quien me conoce sabe que en esto hablo desde la experiencia y, quién sabe, a lo mejor eso hace que alguien se anime. Mi filosofía de enseñanza se basa en poner a la práctica este método integral a la hora de dirigirse al estudio. .

¡Ánimo y buena suerte a todos el próximo cuatrimestre!

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