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Kakemono: el soporte tradicional de la pintura y la caligrafía japonesas

Uno de los aspectos que, a primera vista, más nos llaman la atención a los occidentales sobre la pintura tradicional japonesa es el soporte. Aunque suele traducirse como “pergamino colgante” parece más ajustado denominarlo simplemente “rollo”.

El pergamino, que también podía enrollarse sobre sí mismo, no es otra cosa que una piel de animal (corderos, o terneros, normalmente) curtida y tensada, que en occidente ha sido utilizado durante siglos tanto como soporte para los códices manuscritos como para instrumentos de percusión.

El soporte tradicional de las pinturas japonesas es, sin embargo, seda o papel de fibras naturales montado sobre seda. El papel japonés (denominado genéricamente washi) suele estar fabricado a mano y se caracteriza por su ser extremadamente liviano y a la vez altamente resistente. De los extremos de este soporte artístico penden sendos rodillos de madera cuya función no es otra que contribuir a mantener tensado el conjunto cuando el rollo está a la vista y facilitar el enrollado sobre sí mismo cuando es preciso.

El nombre del soporte tradicional de la pintura y la caligrafía japonesas, formado por un pliego de papel de fibras vegetales montado sobre seda con dos rodillos de en sus extremos es kakemono, y su significado, precisamente, ”objeto que cuelga de la pared”. A diferencia del makimono (que se despliega en sentido horizontal), el kakemono lo hace en sentido vertical.

Este tipo de soporte tiene su origen en China durante la Dinastia Tang (618-907) seguramente como evolución de los rollos que servían de soporte para los sutras. y para las pinturas realizadas por los monjes budistas chan. El sistema permitiría preservar, proteger y transportar fácilmente su contenido (bien caligrafías, bien pinturas de tinta).

Se introdujo en Japón durante el Periodo Heian (794-1185) como consecuencia del trasvase de obras de arte procedentes de China y su uso se generalizó durante en Periodo Kamakura (1185-1333). Su vinculación con el budismo zen haría que durante el Periodo Muromachi (1336-1573) alcanzase gran popularidad por su relación con la ceremonia del té (chanoyu). En este sentido, conviene explicar que la ceremonia del té se realizaba en una estancia denominada tokonoma, una pequeña sala que servía para integrar el arte en la vida cotidiana.

El tokonoma estaba presidido por uno de estos rollos verticales y podía estar acompañado por un arreglo floral (ikebana), un bonsái o una piedra de los eruditos (suiseki). El Periodo Edo contribuiría a la democratización y generalización del kakemono, popularizando su uso entre la población.

Cuando contiene estampas ukiyo-e recibe el nombre de kakemono-e. Existen dos tipos de kakemono: tatejiku(más largo que ancho) y yokojiku (más ancho que largo). Cuando se exponen varios kakemonos juntos en una misma pared, en se les denomina de la siguiente manera: cuando se trata de dos kakemonos, soufuku; de tres, sampukutsui o kakejiku, precisamente esta última es la denominación que de forma equivocada muchas veces usamos en occidente para referirnos a un solo “rollo colgante” o kakemono.

Guillermo de Vicente

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