Siempre tenemos dudas, siendo alumnos, de como será el nuevo profesor, de si explicará bien, etc.. Y nosotros, los profesores, siempre tenemos dudas de qué querrá exactamente el alumno, ¿resolver dudas?, ¿explicarle el temario de cero?, ¿hacer un repaso?. El primer día suele ser de toma de contacto para ambos bandos.
Por eso, yo recomendaría al alumno que el primer día tuviera claro que es exactamente lo que quiere y hacernoslo saber. Además de tener preparado, o bien una hoja con el temario preciso, o bien comunicarnos que temas quiere tratar en el trascurso de tiempo que le estemos dando clases. Así, las clases serían más productivas y directas, centrándonos unicamente en las verdaderas necesidades del alumno. A medida que pase el tiempo, ya deberá ser el profesor el que proporcione mejores apuntes, algunos ejercicios y si es posible y ambas partes quieren, hacer pequeñas pruebas para así poder comprobar si el alumno está preparado.
Por tanto, en la primera clase os recomiendo:
-Tener claro qué necesitais del profesor
-Tener claro a qué os gustaría dedicar la clase
-Tener el temario oportuno para mostrarselo al profesor
Con estás tres cosillas, haremos del primer día una mejor toma de contacto y, el resto del periodo en el que se impartan las clases será, al menos, mucho más productivo.