No es nada nuevo si digo que, hoy en día, la mayoría de estudiantes buscan aprobar en lugar de aprender. Y, desde el punto de vista de estudiante, comprendo la presión a la que los estudiantes nos vemos sometidos, por lo que muchas veces hacemos exámenes de "aprobar y tirar", de los cuales nos olvidamos tras terminarlos.
Sin embargo, tras unos cuantos años tras los libros, y ya estudiando algo que me encanta, puedo aseguraros que aprobar no lo es todo. No voy a negar que sea satisfactorio (yo soy la primera en tirar voladores tras un cinco) y, obviamente a nadie le gusta tener que pagar por segundas matrículas. A lo que quiero llegar es a que de nada me sirve aprobar si el día de mañana alguien me va a hacer una pregunta y no voy a saber contestarla, no voy a comprobar que hay detrás de todo aquello que me apasionaba conocer antes de empezar la carrera. Y siendo realista, me da pena de todos aquellos exámenes que no llegué a entender.
Así que, creo que deberíamos centrarnos en ir día a día (sí, no dejándo todo para última hora) comprendiendo y aposentando todos los conceptos en nuestras cabezas. Quizá parezca una obviedad, pero dedicar un ratito de lectura a nuestros apuntes, parándonos a analizar con detalle lo que estamos leyendo ayuda a que nuestro cerebro deje de memorizar datos.
Está demostrado que cuando algo se entiende realmente se puede desarrollar de una forma mucho más extensa y apropiada que cuando simplemente se memoriza, pues podemos obtener nuestras propias conclusiones e ideas del tema. De esta forma, cuando en un examen nos caiga una pregunta distinta a las que habíamos estudiado, tendremos hilos de los que tirar para llegar al problema en cuestión. Y yendo un poco más allá, digo desde el punto de vista de una estudiante de Física, vamos a poder ser capaces de darnos cuenta si lo que estamos haciendo está bien o mal, y en el segundo caso, buscar soluciones.
Dicho todo esto, yo me quedo con la opción de comprender, ¡por difícil que sea!