En Chile, en las últimas décadas, la práctica de Yoga se ha convertido poco a poco en una práctica cada vez más masiva y se reconoce como una herramienta de autoconocimiento y bienestar en todos los planos de conformación del ser humano (mente, cuerpo, espíritu). Pero la práctica de esta disciplina es mucho más que la ejecución de destrezas físicas.
El yoga es universal
En una sociedad separada por clases sociales, por ideologías arraigadas en ciertos grupos de la población, vestigios de una cruda dictadura, dividida por las enormes diferencias salariales entre hombres y mujeres, por un individualismo cada vez más profundo y miles de otros factores que en vez de unificar, integrar, nos dividen. Pero las personas buscan esa integración, sentirse parte de algo, pertenecer, mantenerse unidas a algo que para algunos puede ser la fe, para otros los lazos familiares, para otros, la práctica de disciplinas que favorecen el desarrollo espiritual y/o integral del ser humano.
Los seres humanos en esencia somos un todo, estamos formados por mente, cuerpo y espíritu, compuestos de varias partes, pero funcionan de manera sincronizada, armónica e integrada, sin embargo, no somos conscientes de esa unión e integración.
El yoga entonces se avizora como la disciplina que puede reunir el uno en sí mismo o la unidad de mente, cuerpo y espíritu, porque yoga es unión. A través de su práctica podemos ser conscientes de nosotros mismos, que somos un todo dividido en partes, pero que, sin embargo, lo que pasa en una de ellas influye en el todo.
El yoga permite poner en alerta todos los sentidos, ser conscientes de procesos básicos para la vida como la respiración y mejorarla a través de diferentes técnicas. Proporciona tranquilidad al espíritu, disipa el constante movimiento de la mente, lo que influye directamente en el bienestar en los tres planos del ser humano. Además, permite dormir bien, las técnicas de respiración proporcionan descanso al sistema nervioso y reducen el estrés.
Lo anteriormente expuesto son argumentos suficientes para determinar que el yoga es para todo tipo de persona, una disciplina a la que pueden acceder todos, sin discriminación alguna, independiente de la condición física, social, cultural, religiosa, todos los seres humanos tienen el derecho a aspirar una vida mejor, con mayor consciencia de su cuerpo, con respeto y amor a sí mismos y su entorno, una vida más sana, feliz y plena.
Cabe mencionar en esta breve argumentación que existen diferentes tipos o escuelas de yoga que dirigen sus fundamentos y formación a diferentes aspectos que conforman al ser humano:
- Raja Yoga: La ciencia de la mente. Su herramienta principal es la meditación.
- Bhakti Yoga: La ciencia de la devoción. Su herramienta principal es el cultivo del amor.
- Jñana Yoga: La ciencia de la inteligencia. Su herramienta principal es el estudio.
- Karma Yoga: La ciencia del deber. Su herramienta principal es la acción en el mundo.
- Hatha Yoga: La ciencia de la voluntad. Su herramienta principal es las asanas y pranayamas.
Yoga: más que una destreza física
La unión de la que se ha hablado anteriormente, esa integración no se logra solamente con una práctica de asanas o posturas, a pesar de los beneficios que cada una de ellas tiene, sino que es un camino que tiene etapas que apelan a los diferentes planos del ser humano y es este camino el que le otorga el sentido a esta unión, esta mirada integral y, en esencia este camino integral es el que nos brinda paz, felicidad, tranquilidad, bienestar en general.
Son diversas las técnicas que comprende el yoga que apelan al de desarrollo íntegro del ser humano, por lo tanto, no son solo las asanas las que permiten el bienestar y estado de plenitud. Sin embargo, para que sea realmente efectiva, su práctica debe realizarse con regularidad y por un período de tiempo significativo, ya que sus efectos más profundos, tales como la revalorización de sí mismo, la reconciliación con el propio cuerpo, encontrar paz interior, y la apertura hacia una espiritualidad, no son objetivos a corto plazo.
Yoga y sociedad
Si bien se mencionó anteriormente que el yoga es para todos sin discriminación alguna, para que llegue efectivamente a todos y todas las personas, es necesario derribar ciertos mitos o prejuicios que se instalan en la sociedad, como que el yoga es solo para personas con un estado físico determinado o que es solo una destreza física. Nuestra acción como profesores de yoga es fundamental para derribar estos y muchos otros mitos o prejuicios que no permiten u obstaculizan que esta disciplina llegue a toda la población que quiera y decida realizar cambios y mejorar su vida.
Conclusiones
El yoga es una disciplina o filosofía de vida que favorece el desarrollo integral del ser humano a la que todos podemos acceder con conciencia, disposición y disciplina, sin discriminación de ningún tipo, porque las técnicas que se emplean apelan a cultivar una vida plena, el bienestar físico, mental y espiritual.
Evelyn Williamson González