¿Cómo redactar una introducción y una conclusión? Algunos consejos y técnicas

La introducción y la conclusión son segmentos de la estructura de variados textos no-literarios de carácter académico. Si bien sus componentes y organización dependen del género discursivo, existen ciertos rasgos transversales que se precisan a continuación. Sigue estos consejos y podrás aprobar lengua castellana y literatura gracias a tus redacciones.

La introducción

Concepto

La introducción corresponde a la parte inicial de un texto. Si este es breve, suele componerse de uno o dos párrafos. En el caso de géneros formales más extensos, suele abarcar una o dos planas.

Función de la introducción

La introducción cumple tres funciones:

  1. DELIMITAR y CONTEXTUALIZAR el tema que se tratará y los objetivos del estudio, para lo cual se debe ofrecer información general, como definiciones o antecedentes relevantes, de tal manera que el lector pueda hacerse una visión panorámica del texto antes de revisarlo íntegramente.
  2. CAPTURAR LA ATENCIÓN del receptor, para que así se motive a leer el trabajo completo. Esta función es atribuida a la introducción debido a que es el segmento que primero se lee.
  3. JUSTIFICAR el estudio realizado, indicando por qué es relevante la información que se ofrece, a fin de motivar al receptor a leerla.

“He aquí lo que debes lograr en la introducción: establecer de forma clara y directa las cuestiones específicas que vas a tratar, explicar cómo vas a tratarlas y convencer a tus oyentes de que lo que vas a decir les interesa. Si logras estas tres cosas de forma creativa y sucinta, tendrás un gran comienzo”. (Gottesman, Deb y Mauro, Buzz. (2008). Técnicas para hablar en público. Madrid: Urano, p. 72)

Una buena introducción logrará que, tras ser leída, el lector continúe leyendo

Estructura de la introducción

La introducción puede articularse de la siguiente manera:

  • CONTEXTUALIZACIÓN del tema: datos generales que sirvan para introducir el tema, siguiendo un modelo de redacción deductivo.
  • DELIMITACIÓN del tema / tesis: precisión del tema específico que se abordará y la posible tesis que se ha adoptado. Esta oración se denomina pues sirve de puente oración bisagra, entre la introducción y el desarrollo.
  • Presentación de los OBJETIVOS del estudio: explicitar qué se propone conseguir el emisor con la investigación desarrollada, utilizando verbos en infinitivo vinculados con el género discursivo (informe: exponer; tesis: explicar; ensayo: problematizar, argumentar; resumen: sintetizar).
  • JUSTIFICACIÓN de la investigación: indicar por qué la investigación realizada es pertinente y necesaria y por qué la información ofrecida será provechosa para el lector o una determinada esfera de conocimiento.
  • ORGANIZACIÓN de la investigación: explicar a grandes rasgos los componentes del estudio, su estructura, para que el lector sepa qué encontrará en el trabajo.

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Estrategias para redactar una introducción

Algunas estrategias para redactar una buena introducción son:

  1.  PREGUNTAS: Se busca captar la atención del receptor y contextualizar el tema a partir de preguntas. De esta manera, consigue su interés y le indica qué es lo que encontrará en el desarrollo.
  2.  ANÉCDOTA: Se busca captar la atención del receptor mediante la narración de una anécdota (hechos concretos, experiencias personales, historias ficticias), a partir de la cual se establece una relación rápida y directa entre el lector y el tema que se desarrolla.
  3.  CITA: La incorporación de un proverbio, una máxima, un refrán, una frase socialmente extendida o un enunciado dicho por una autoridad reconocida es una manera novedosa de iniciar un texto, además, demuestra preocupación de parte del emisor por enriquecer su discurso. Es fundamental que el contenido de la cita se relacione con la información que se ofrecerá, de lo contrario, se verá forzado y no cumplirá su objetivo.

Organizadores discursivos

Los organizadores discursivos, también conocidos como conectores secuenciales o de orden, sirven para ordenar la información contenida en un texto, explicitando así su estructura lógica.

Relación de orden inicial o introductorio

Encabezan el enunciado. Indican comienzo, el primer paso.

  • Conectores de orden inicial: en primer lugar, en primera instancia, para comenzar, antes que todo, primero que todo, primeramente.

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Ejemplos:

  • “En primer lugar, es necesario aclarar a qué tipo de minería hacemos referencia cuando hablamos de nueva minería o minería a gran escala.”
  • “Primero que todo, debemos definir el concepto de regionalización, para luego profundizar en sus características”.

Relación de orden intermedio

Se ubican entre dos enunciados. Indican sucesión o continuidad.

  • Conectores de orden intermedio: para continuar, en segundo lugar, en segundo término, a continuación, en seguida, le sigue, posteriormente, luego.

Ejemplos:

  • "(…) Para continuar, quisiera leer un fragmento del libro “La organización del trabajo”.”
  • “ (…) En segundo lugar, me gustaría señalar el motivo religioso de mi postura”.

Relación de orden final o conclusivos:

Finalizan o concluyen el discurso. También se emplean para resumir o introducir una solución.

  • Conectores de orden final: para concluir, por último, finalmente, sintetizando, en suma, en definitiva, en conclusión, en síntesis, resumiendo.
  • Ejemplo: “ (…) En conclusión, es urgente que los dueños de mascotas también sean desparasitados”.

La conclusión

Concepto

La conclusión corresponde a la parte final de un texto. Si este es breve, suele componerse de uno o dos párrafos. En el caso de géneros formales más extensos, suele abarcar una o dos planas.

Función de la conclusión

La conclusión cumple tres funciones:

  1. REFORZAR LAS IDEAS CENTRALES de la exposición o argumentación. Debido a que es lo último que se lee, se recomienda realizar un breve resumen de las ideas más importantes, es decir, aquello que el emisor considere que el lector debe mantener en su mente tras la lectura del trabajo.
  2. UNIR LAS IDEAS CENTRALES que se han ido desarrollando, pues muchas veces se presentan de forma aislada, para explicitar su relación en la parte final. La conclusión debe estar articulada con la introducción, por ello, si en la introducción se realizó una pregunta, conviene dar en la conclusión una respuesta. En el caso de las investigaciones con hipótesis, la conclusión debe considerar las ideas que se desprenderían de los resultados del análisis de los datos.
  3. MOTIVAR LA REFLEXIÓN acerca del tema tratado, motivando a revisar nuevas lecturas o a tomar algún tipo de decisión o postura.
  4. GENERAR NUEVOS ESTUDIOS que aborden asuntos que el texto no haya desarrollado o considerado, potenciando así el alcance de la investigación.

La conclusión debe proporcionar un resumen sintético, pero completo de la argumentación, las pruebas y los ejercicios, presentados en las dos primeras partes del trabajo (introducción y cuerpo). En primer lugar, la conclusión debe relacionar diversas partes de la argumentación y unir las ideas desarrolladas. Es por esto que, en cierto sentido, se ha dicho que la conclusión es un regreso a la introducción: se cierra sobre el comienzo.

Una buena conclusión afianzará las ideas centrales de la investigación y dejará al lector reflexionando en torno a ellas.

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Estructura de la conclusión

La conclusión puede articularse de la siguiente manera:

  • RESUMEN/RELACIÓN de las ideas centrales: breve síntesis de las ideas principales del texto o explicitación del vínculo semántico que subyace a las premisas centrales.
  • CONCLUSIONES, propiamente dichas: deducciones o ideas síntesis que se desprenden de la información proporcionada.
  • JUSTIFICAR la relevancia del estudio: argumentar respecto de la importancia del estudio realizado.
  • Motivación de la REFLEXIÓN: orientar las conclusiones hacia ámbitos de interés del lector, a fin de moverlo a la reflexión.
  • Extensión del ALCANCE de la investigación: proponer nuevos estudios que aborden temas no considerados en el trabajo.

*** En algunos géneros se admite incluir una breve apreciación personal.

Estrategias para redactar una conclusión

Algunas estrategias para redactar una buena conclusión son:

  • PREGUNTAS: Cerrar un texto con preguntas promueve la reflexión de lo expuesto. La búsqueda de respuestas puede animarlo a releer la información, buscar nuevos estudios o, incluso, adentrarse en una propia investigación.
  • CITA: Los refranes, proverbios, citas o frases cliché condensan en una breve sentencia un enorme potencial de significado, que se activa al ponerla en relación con el contenido del texto. Este recurso promueve la reflexión y, además, constituye una marca de buen estilo.
  • RESPUESTA: Cerrar con una respuesta a un pregunta previamente anunciada - generalmente, en la introducción – es un signo de responsabilidad y respeto en la redacción. Además, otorga al texto un carácter acabado, finalizado, completo y, por tanto, válido.

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