¿Tu primera clase de yoga? Aquí unos consejos

Bueno, antes de nada ¡enhorabuena! Si estás aquí seguramente sea porque has decidido empezar tus clases de yoga y es normal que muchas, muchas, muuuuchas dudas inunden tu cabeza. Lo primero que tienes que tener claro es qué tipo de yoga vas a hacer. Hay una gran multitud, sin embargo podríamos reducirlos a 2 tipos generales:

  • hatha yoga (conocido como el yoga postural moderno);
  • raja yoga (el yoga de la meditación).

El hatha yoga suele ser el más demandado y extendido en nuestra sociedad, por lo que es sobre el que nos centraremos en esta entrada. Así que aquí van algunos consejos que seguramente puedan ayudarte:

¿Qué tengo que llevar?

  1. La esterilla. ¡Bendita esterilla! Uno de los elementos diferenciadores de cualquier yogui/yoguini. Hay una gran multitud de marcas, pero lo más importante que debes tener en cuenta es que sea antideslizante (y pocas veces he visto una esterilla de 10 euros que cumpla con las espectativas). Lo siguiente a tener en cuenta es el grosor. Eso es más personal. En mi caso uso una muy muy finita que puede incluso doblarse como una toalla y cuando necesito apoyar las rodillas o cualquier articulación que pueda necesitar un poco más de amortiguación me pongo una toalla doblada. Aunque al principio pueda parecer un gasto innecesario, si la base sobre la que construyes tu práctica es inestable (demasiado acolchada, deslizante...) seguramente tengas la sensación de que en cualquier momento te vas a caer y lo peor de todo, las posibilidades de lesión se disparan.
  2. Una toalla. ¿Toalla? ¿Acaso esto es una clase de fitness? Bien, esto depende de cada persona. Yo soy de los que con unas cuantas respiraciones vigorizantes mi cuerpo empieza a tomar temperatura y al llegar a los saludos al sol ya estoy goteando sudor. Si este también es tu caso la toalla te ayudará. A veces necesitas simplemente tenerla cerca para secar tus manos o pies. Lo irás viendo con la práctica.
  3. Agua, agua y más agua. Aunque durante la clase no es recomendable beber grandes cantidades siempre viene bien tener una botella cerca para dar pequeños sorbos. Y eso sí, al finalizar beber de forma paulatina para recuperar líquidos.

¿Tengo que ser flexible?

Aquí la respuesta es rotunda: NO. La práctica de yoga implica aceptación de uno mismo, sin prejuicios y sin juicios. Y como buenos profesores nos encargamos de adaptarla a las condiciones de los alumnos. Esto quiere decir que todos podemos hacer prácticamente las mismas posturas, adaptándolas. Se suelen dar varias opciones y ¡ninguna es mejor ni peor que la otra! Las variaciones están para eso. Cógelas, experimenta y disruta.

Pero yo quiero llegar a tocarme las rodillas con la nariz como algunos alumnos.

Con el tiempo seguramente puedas, pero ese no es el objetivo. Evita comparaciones, tanto con el profesor como con el resto de alumnos. Cada persona que entra a una clase de yoga viene con una historia personal diferente y con una condición física y mental diferente. A una persona puede resultarle muy sencillo realizar, pongamos por ejemplo, paschimottanasana (el ásana de arriba) porque lleva toda la vida realizando baile o sencillamentte porque su genética le ha dotado de mayor elasticidad, y sin embargo a ti costarte horrores porque has llevado una vida sedentaria o porque, como es mi caso, tu propia constitución ósea en los acetábulos y fémur te dificulta la tarea. Pero no hay que preocuparse. Como decía, el fin mismo de un ásana no es su estética, sino la toma de conciencia y eso puede realizarse desde la primera clase e independientemente de que llegues o no a tocarte las rodillas con la puta de la nariz.

¿Qué pasa si no puedo más en una postura o si me caigo?

No pasa absolutamente nada. El ambiente en una clase de yoga es de armonía y aceptación. Hoy puede que te caigas tú y que mañana me caeré yo. Hay que aceptarlo, no frustrarse y continuar. Hay que evitar rumiar (¡¿como las vacas?!), es decir, hablar en voz baja con tono malhumorado quejándonos de que no lo conseguimos. Cuando rumiamos estamos manteniendo la ira. ¡Déjala ir!.

¿Tengo que recitar mantras o cantar durante la clase?

Eso depende de cada profesor y de qué visión tenga del yoga. Lo que normalmente se suele incorporar es la recitación del mantra OM. Si no lo has hecho nunca seguramente las primeras veces resulte extraño, pero cuando a la segunda, tercera o cuarta vez sientas la proyección de tu voz como un canto de liberación seguramente dejes de pensar que quién te mandaría a ti empezar en el yoga...

Y después de la clase, ¿qué?

Depende de ti. Normalmente las clases se terminan con una meditación o relajación. En la mayoría de los casos el alumno permanece durante todo el trascurso de la clase en silencio, observando, escuchándo, potenciando los órganos sensoriales. Hay alumnos que al finalizar la clase inmediatamente necesitan hablar y otros que prefieren mantener el silencio. Escúchate y actúa según tus sensaciones. Poco a poco entablarás conversaciones con tu cuerpo y con tu mente y comenzará una conexión interna que a mi me gusta denominar "el despertar".

Si estás buscando profe de yoga puedes encontrarme en Valencia. Entra en mi perfil o ponte en contacto conmigo. Estaré encantado de acompañarte en este viaje.

Pablo L.

Profesor de yoga certificado.

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