YO HAGO YOGA: Guía Básica para Antes, Durante y Después de la práctica.

Uno se suele sentir como un bicho raro cuando va a clases de yoga por primera vez. ¿Te suena de algo esto que te voy a contar?

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Todo el mundo en silencio. Demasiado silencio. Nadie habla. Te invitan a que cierres los ojos, pero no sabes a dónde diablos mirar… Y todo el mundo parece que está tan “conectado“, tan en paz...y tu ahí que te da hasta cosa toser o hacer cualquier ruido, no vaya a ser que te acusen de romper el karma o relax de la clase. Y parece que tu eres el único que está sufriendo, sudando, toda despeinada, pero los demás con su ropa de yogui que parece hecha tan a medida que ni se despeinan.

Y puede que te marees en ocasiones o te tiemple el cuerpo y nadie te dice porqué, o si es normal. Y te duelen las rodillas, y los empeines, y cuando la profe dice ¿sienten el estiramiento en el psoas? tu te preguntas ¿sólo en el psoas? ¡Ojalá sólo lo sintiese ahí! y además qué es esa palabra rara…a mi háblame en cristiano.

Y mientras todos se mueven fluidamente tu te sientes como un elefante en una cacharrería. Y eso de enviar respiración a las diferentes partes del cuerpo te tiene hablando solo. Y luego está eso de Namasté, que todo el mundo parece pillarlo y sentirse parte del yoguismo menos tú….menos mal que al final está savasana, que es más que nada echarse una siestita en el suelo…porque después de tanto estrés de yoga…uno necesita relajarse.

Después de esto, los que vuelven a clase son los masoquistas, a los que le va el sufrimiento, claro…

Yo también me he sentido así. No te apures. Todos estamos en el mismo barco. Pero además de darte ánimos para que vuelvas a una clase de yoga hoy te voy a dar una buena noticia. Te traigo una guía básica de las clases de yoga para que esta práctica deje de ser una pesadilla y se convierta en un disfrute para ti.

Consejos para que pongas en práctica antes, durante y después de la clase de yoga. Vamos, pautas para que saques lo mejor de ti en la clase de yoga. Aquí va.

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1 o 2 horas antes de hacer yoga:

  • Dúchate, acicálate. Ponte guapo o guapa.

Ya sé que esto es muyyy relativo. Depende de cada cuál. Y hay muchos días en los que uno sale con prisa para ir a clase de yoga. Pero, si puedes, dedica unos minutos a sentirte mejor con tu cuerpo antes de salir de casa. Si vas sucio y sudado es más probable que te sientas incómodo en medio de la clase.

Lavarte, ducharte, es un gesto de cuidado hacia ti mismo y seguro que va a hacer que te sientas con más ganas para acudir a yoga. Además, los yoguis dicen que como se trabaja con el cuerpo energético durante la práctica y de alguna manera se va limpiando el aura, no se debe uno duchar justo después de hacer yoga, es como si te quitases los beneficios de golpe. Yo no sé seguro si esto es cierto o no, pero para mi tiene sentido.

  • Come algo. No vayas con el estómago vacío a clase, ni tampoco te hinches a comer unos minutos antes de empezar. Toma fruta, frutos secos, higos, pasas…algo que te aporte energía pero que no te haga sentirte pesado.
  • Bebe agua. Hidratarte te va a aportar energía y va a hacer que no tengas la tensión demasiado baja.
  • Lleva ropa cómoda. Algo que no apriete, algo que no te tire pero que a la vez te permita separar los brazos del tronco y abrir las piernas cómodamente. Intenta ir con telas que transpiren. Pero también algo con lo que te sientas bien tú. Elije colores, formas y tejidos que vayan contigo. Recuerda que el cuidado externo del cuerpo es importante para sentirte seguro, más confiado, con más autoestima y ganas.
  • No necesitas reloj, cinturón, gafas, colgantes. Nada que te moleste o pese. Nada que te pueda incomodar o apretar.

Antes de empezar las clases de yoga:

  • Prepara lo externo (si eres tu el que imparte la clase, o si vas a hacer la práctica solo en tu casa): música, olores, luz…crea un ambiente agradable. Los pequeños detalles crean grandes resultados.
  • Prepara lo interno. Ponerse sobre la esterila es como entrar en un espacio sagrado. Es como entrar en tu templo interior. Vas a hacerte una visita a ti mismo. Prepárate como te prepararías para la visita de un amigo importante. Sé un gran anfitrión de ti mismo.
  • Recuerda: “de camino a yoga ya estás haciendo yoga”. Trata de no correr, de disfrutar del trayecto a la clase, de comenzar a entrar en contacto con tu respiración y de atender a tu estado físico, mental, emocional. ¿Cómo estoy yendo hoy a yoga? Así te será más fácil establecer una INTENCIÓN para la clase. ¿Quiero observar más las sensaciones en mi cuello mientras hago yoga? ¿U hoy quiero ser capaz de alargar más las exhalaciones? ¿O necesito conectar más con el amor hacia mí mismo? ¿O con el relax?

En la manera en la que preparas tu esterilla, te descalzas, te colocas…ESO YA ES YOGA. Trata de hacerlo calmado, sé consciente de tus movimientos.

Durante la clase de Yoga, recuerda:

  • La Respiración es la protagonista. Cuando te hayas perdido, vuelve a ella. Es la que marcará la pauta de cada movimiento.

“Dime como respiras y te diré lo consciente que estás”

Trata de respirar por la nariz de manera calmada, suave. Nunca fuerces la respiración. Déjala que fluya por sí misma.

  • Haz los movimientos lentos, conscientes. No hay prisa. Toda tu atención está en el cuerpo.
  • No fuerces. Nunca tiene que doler.

“Si duele no es yoga”

Entonces, trata de usar apoyos, soportes (cojines, cinturones, mantas, bloques…) para lograr que estés más cómodo. Recuerda el término “stira suka” que nos recuerda que somos fuertes y sensibles a la vez, poderosos y suaves, vitales y cariñosos… Hacer yoga es tener en equilibrio esa polaridad, la de poder experimentar coraje en las asanas pero a la vez ser dulce con uno mismo, sonreir como lo haría un niño tranquilo. Sobre este término, aquí puedes leer este post que me gusta mucho.

Profes de yoga cerca de tí

  • Descansa cuando lo necesites. El Yoga no es una competición. No hay que parecerse a nadie. Por algo no hay espejos en la mayoría de salas exclusivamente de yoga. Escúchate, y decide: “esto me sienta bien”. O “esto no me sienta bien ahora”. Respétate. Respeta tus limitaciones y haz que te respeten.

Puedes ir a la “musulmana” o balasana o a “savasana” o a “tadasana” o tumbarte en “advasana” cuando lo necesites. Recuerda que la práctica es para ti. Tú eres el protagonista. No se trata de gustar ni de buscar la aprobación del profesor o de los compañeros. Se trata de que tú disfrutes.

  • Trata de cerrar los ojos siempre que sea posible. Así descansarás la vista (que suele estar sobreestimulada) y captarás mejor las sensaciones internas de tu cuerpo. Irás escuchando más y mejor a tu cuerpo.
  • Muéstrate curioso. Entra a clase de yoga con “mente de principiante“. Si entras con mente de experto, creyendo que ya lo sabes todo, es muy posible que dejes menos espacio para aprender cosas nuevas.
  • No esperes nada. Sin expectativas. Cada clase es nueva, un lienzo en blanco. Déjate sorprender por los regalos que aparecen en cada práctica cuando no esperas nada.
  • Ten agua cerca. Tráete una botella de agua y bebe cuando lo necesites. Estar hidratado te dará más energía.

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Si te mareas, no temas. Que no cunda el pánico. Debes saber que estamos trabajando con el cuerpo energético y que cuando la energía se mueve a veces surgen esas sensaciones. No te preocupes. Irá pasando poco a poco. Eso sí, trata de:

  • No pasar de una postura a otra de forma brusca.
  • Muévete suave, sin cortes bruscos.
  • Sobre todo, pon especial atención al cuello. Las cervicales son un punto sensible y por eso, cuando encuentres alguna rigidez, trata de relajarlas siempre que puedas, acercando la barbilla al pecho (dejándola paralela al suelo) o haciendo pequeños y suaves movimientos con cuello y hombros.
  • No cortes la respiración. Deja que fluya de manera suave. Si la cortas, es natural que te marees por la falta de oxígeno, y si inhalas muy bruscamente puedes hiperventilar los pulmones y también puede que sientas sensación de inestabilidad. Suavidad, please.
  • Sé paciente contigo mismo. No esperes tocar el Nirvana en un día. Hay clases en que uno está más relajado y otras en que uno está más disperso. Días en que sientes que avanzas con las asanas, y otros días en que te sientes más rígido que una roca. ACEPTA. Ya irá llegando. Te lo prometo.

“El Yoga es el camino, no el destino”

La gracia no está en hacer una asana perfecta, sino en explorar lo que sucede cuando te vas adentrando en ella. Ya lo dijo Cavafis en su poema Itaca (leélo aquí y me cuentas a ver qué te parece). Trata de disfrutar de ti tal y cómo eres.

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Después de la clase de yoga:

  • Levántate despacio, sin movimientos bruscos.

“El deshacer es más importante que el hacer”

  • Trata de que la recogida sea un reflejo de tu estado, más sosegado y tranquilo. Sigue haciendo yoga después del yoga.

“Recuerda que el verdadero yoga comienza cuando dejas la esterilla y sales al mundo”

  • Sigue observando tu cuerpo. Haz caso a sus necesidades. ¿Estás cansado? Descansa. ¿Tienes hambre? Aliméntate. ¿Tienes rigidez en alguna zona? Aflójala.
  • Intenta caminar, sentarte, cocinar, vivir… con la columna recta y la espalda erguida. Las plantas de los pies bien pegadas al suelo y el pecho abierto pero suave. Vive con espacio entre los hombros y tus orejas.

Clases de yoga online

  • Si tienes agujetas después de la práctica, agradece que tu cuerpo está vivo. Estás sintiendo músculos que no sabías ni que existían, como el psoas 😉
  • Si sientes dolor, tómatelo como un aprendizaje para poner límites. En la próxima clase establece la intención de poner límites respetuosos contigo mismo. No fuerces. Descansa. Respira.
  • Recuerda que las herramientas ya las tienes. Están dentro de ti. Puedes conectar con ellas siempre que quieras. Sobre todo, practica la respiración consciente…y aprovecha los semáforos en rojo para respirar.
  • Si descubres que tu cuerpo tiene una necesidad específica, trata de poner tu atención ahí en la siguiente clase. Incluso, háblalo con tu profesor o profesora, ya que quizá puede preparar alguna clase indicada para ello.

Y por último, recuerda:

¡TU ERES EL MEJOR MAESTRO DE YOGA QUE PUEDE EXISTIR PARA TI!.

Nos vemos sobre la esterilla. Un abrazote. P.

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