Imagina que has pasado horas y horas estudiando, te has preparado a fondo y, al fin, llega el día del examen. Terminas de responder justo a tiempo y entregas la prueba con la sensación de que has hecho un buen trabajo. Sin embargo, al recibir la nota, ves que has sacado 3 puntos por debajo de lo que te esperabas. ¿A que se debe?
Te fijas en la revisión y ves que todo está bien estructurado y procedido, pero te dás cuenta de que has cometido pequeños errores que te han costado esos valiosos puntos. ¿Te suena familiar?
Hay un dicho que me decía un profesor: “El diablo está en los detalles”, y nunca fue más cierto que en un examen. Por eso, revisar tus respuestas antes de entregar es una de las estrategias más efectivas y subestimadas que existen.
¿Por qué es importante revisar tus respuestas?
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Detección de errores simples: Al revisar, tienes la oportunidad de encontrar errores tontos, como un signo mal puesto, una palabra incorrecta o una falta de ortografía. Un simple vistazo de 5 minutos puede ser la diferencia entre un 7 y un 10.
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Verificación de respuestas incompletas: La prisa por terminar puede hacer que respondas de forma apresurada y dejes partes sin completar. Revisar te permite detectar esas omisiones y agregar lo que falta. Como decía un viejo maestro: “Más vale un examen revisado que cien arrepentimientos.”
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Confirmación de unidades y fórmulas: En exámenes de ciencias y matemáticas, un pequeño descuido al no poner las unidades correctas o al usar la fórmula equivocada puede costarte puntos valiosos. Tómate el tiempo para comprobar que todo esté en orden.
¿Cómo revisar de manera efectiva?
- Repasa con calma y con un método: Empieza por leer las instrucciones generales de nuevo para asegurarte de que las seguiste al pie de la letra. Luego, revisa cada respuesta, primero buscando errores evidentes y después detalles más pequeños.
- Hazlo como si fueras el que te va a corregir: Ponte en el lugar de quien va a corregir tu examen y piensa: ¿Está claro lo que he respondido? ¿Es esta la mejor manera de explicarlo?
- Fíjate en los cálculos y en la lógica de las respuestas: No es raro que un pequeño error en un cálculo afecte al resto de la respuesta. Revisar te permite detectar esos errores y corregirlos antes de entregar.
El beneficio de tener tiempo para revisar
Siempre recomiendo a mis estudiantes que practiquen para terminar el examen al menos 5 o 10 minutos antes de que acabe el tiempo. Esto no solo te da espacio para revisar, sino que también reduce la ansiedad, ya que puedes entregar con mayor seguridad. Como decían mis abuelos: “El que se apresura, tropieza.”
Simulacros cronometrados y practicar la gestión del tiempo son clave para lograr este hábito. Si te acostumbras a reservar esos minutos para revisar, tu rendimiento mejorará de forma notable.
Un examen sin revisar es como una carta sin releer
Revisar tus respuestas puede parecer un paso sencillo, pero es de vital importancia. Puede ayudarte a corregir errores tontos, completar respuestas incompletas y asegurar que todo esté en orden. No subestimes el poder de este hábito. Recuerda, un examen sin revisar es como una carta sin releer antes de enviar. No dejes que horas de esfuerzo se desperdicien por no tomarte esos minutos adicionales.