Dar vueltas y vueltas en la cama sin lograr conciliar el sueño, puede resultar bastante perturbador, y por supuesto afectarnos a lo largo del día. Cuando el insomnio se vuelve algo habitual, ya sea por estrés, malos hábitos o cualquier otra causa, es fundamental poner las condiciones que nos ayuden a tener un buen descanso. El yoga puede ser un muy buen aliado a la hora de comenzar a recuperar nuestro equilibrio, por la combinación de ejercicio físico y relajación mental que ofrece.
Crear un ambiente agradable, simplemente encendiendo una vela, por ejemplo, y realizar una práctica suave y gentil de yoga antes de acostarnos, resulta un bálsamo para nuestro sistema nervioso. Hay posturas de yoga que resultan muy relajantes, como Salamba balasana, o Supta baddha konasana, e inducen a la introspección y a la respiración profunda.
Unos 10 o 20 minutos de práctica, antes de acostarnos, pueden significar un cambio muy saludable en nuestra rutina.
Para finalizar la práctica, podemos hacer unos minutos de Chandra Bhedasana, o respiración lunar. Es una respiración refrescante, que revitaliza el organismo y genera calma y tranquilidad.
Nos sentamos cómodamente, con la espalda recta, y espiramos de manera profunda por ambas fosas nasales. Luego tapamos con el pulgar, la fosa nasal derecha, y respiramos suavemente y sin esfuerzo, solo por el lado izquierdo. Es importante que en todo momento la respiración sea relajada y cómoda. Céntrate en las sensaciones y permite que el aire se mueva hacia abajo al entrar, hacia el abdomen.
Luego de la respiración, podríamos tumbarnos ya en la cama, y hacer alguna práctica de relajación guiada (en Youtube podemos encontrar muchas) para inducir el sueño. Y, en el peor de los casos, si no nos dormimos inmediatamente, estaremos dándole un buen descanso al cuerpo y evitando el rumiar de la mente.
Necesitamos insistir con este tipo de prácticas y no resignarnos a sufrir insomnio. Espero de corazón, que puedan ayudarte.
